Este es un Alentejo de agua todo el año, un lugar de transición entre las zonas montañosas del este y las marismas del oeste. La dehesa es de una vital importancia para la producción de corcho y como garante de un ecosistema rico en biodiversidad y enriquecido con fabulosos ejemplares megalíticos. El paisaje varía constantemente, con horizontes sin fin, valles profundos y la posibilidad de recorrer a pie lo que en su día fue una importante línea ferroviaria regional.
Este es un Alentejo de agua todo el año, un lugar de transición entre las zonas montañosas del este y las marismas del oeste. La dehesa es de una vital importancia para la producción de corcho y como garante de un ecosistema rico en biodiversidad y enriquecido con fabulosos ejemplares megalíticos. El paisaje varía constantemente, con horizontes sin fin, valles profundos y la posibilidad de recorrer a pie lo que en su día fue una importante línea ferroviaria regional.