Salir de Fronteira en dirección a Nossa Senhora da Vila Velha permite descubrir lo mejor de la historia de esta región y entender por qué esta colina resultó clave para vigilar y defender el cruce del río Grande. A lo largo del río se pueden sentir los latidos de una naturaleza pujante de vida, e identificar el ingenio humano en el aprovechamiento de los recursos que esa naturaleza le ofrece. El horizonte de campos sin fin está salpicado de caseríos blancos de gran belleza.