Dejando atrás el área forestal de Mezio, seguimos la ruta en dirección a Soajo, pasando por pequeños núcleos poblacionales. Es una etapa fácil y recomendada para familias con niños, siendo que gran parte de su recorrido se realiza en caminos agrícolas, pavimentados en losa granítica, a veces rodeado por muros. A lo largo del camino apreciamos la vega agrícola de diversos lugares de Soajo, pasamos el arroyo de la Lapa y su bonito puente, así como pequeños bosques de especies frondosas. Terminamos la caminata en la simpática Villa de Soajo, muy conocida por su famoso núcleo de hórreos. Es también una oportunidad para visitar el Largo do Eiró, donde se erigió la Picota de Soajo, y apreciar la arquitectura típica y las calles que aún preservan parte de la matriz medieval. En la villa de Soajo no faltan ofertas para una agradable estada en casas de turismo rural, así como restaurantes con gastronomía típica.
Dejando atrás el área forestal de Mezio, seguimos la ruta en dirección a Soajo, pasando por pequeños núcleos poblacionales. Es una etapa fácil y recomendada para familias con niños, siendo que gran parte de su recorrido se realiza en caminos agrícolas, pavimentados en losa granítica, a veces rodeado por muros. A lo largo del camino apreciamos la vega agrícola de diversos lugares de Soajo, pasamos el arroyo de la Lapa y su bonito puente, así como pequeños bosques de especies frondosas. Terminamos la caminata en la simpática Villa de Soajo, muy conocida por su famoso núcleo de hórreos. Es también una oportunidad para visitar el Largo do Eiró, donde se erigió la Picota de Soajo, y apreciar la arquitectura típica y las calles que aún preservan parte de la matriz medieval. En la villa de Soajo no faltan ofertas para una agradable estada en casas de turismo rural, así como restaurantes con gastronomía típica.