La sede de la Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, también llamada Orden de Malta, ocupaba un territorio inmenso dentro del señorío de la familia Álvares Pereira, a la que tanto debe la historia de Portugal. Entre leyendas de amores mortales en Flor de Rosa y defensas seculares en los castillos, nos encontramos con unos terrenos fértiles de población dispersa desde la prehistoria que son en la actualidad campos fantásticos que se pueden recorrer a pie para sentir la energía del pasado gracias a unos paisajes que han presenciado el paso de muchas y fabulosas civilizaciones.
La sede de la Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, también llamada Orden de Malta, ocupaba un territorio inmenso dentro del señorío de la familia Álvares Pereira, a la que tanto debe la historia de Portugal. Entre leyendas de amores mortales en Flor de Rosa y defensas seculares en los castillos, nos encontramos con unos terrenos fértiles de población dispersa desde la prehistoria que son en la actualidad campos fantásticos que se pueden recorrer a pie para sentir la energía del pasado gracias a unos paisajes que han presenciado el paso de muchas y fabulosas civilizaciones.