Cruzamos el Puente Romano de Ribeira Grande. La ruta pasa por extensos encinares y alcornocales, pastos y cultivos forrajeros. En parte del recorrido asoman nuevos olivares intensivos. En el camino se dejan ver también sucesivas fincas, casi todas abandonadas. Además de pantanos, la vista alcanza, en algunos tramos, horizontes muy distantes. Tras Vaiamonte y Monte das Freiras toca pasar por las laderas del morro Cabeça de Vaiamonte y seguimos hasta Torre de Palma con su finca y centro arqueológico, en donde visitamos el centro interpretativo de la Villa Romana.
Cruzamos el Puente Romano de Ribeira Grande. La ruta pasa por extensos encinares y alcornocales, pastos y cultivos forrajeros. En parte del recorrido asoman nuevos olivares intensivos. En el camino se dejan ver también sucesivas fincas, casi todas abandonadas. Además de pantanos, la vista alcanza, en algunos tramos, horizontes muy distantes. Tras Vaiamonte y Monte das Freiras toca pasar por las laderas del morro Cabeça de Vaiamonte y seguimos hasta Torre de Palma con su finca y centro arqueológico, en donde visitamos el centro interpretativo de la Villa Romana.