En Seda, junto a la Capilla de São João, bajamos por una calzada que discurre paralela al arroyo de Seda, envuelta en un exuberante bosque de ribera. Más adelante, confluimos con una antigua carretera que nos lleva al magnífico Puente Romano de Vila Formosa. Regresamos, tras ello, a los márgenes del arroyo, nos detenemos ante el molino de agua, y, en seguida, cruzamos un extenso conjunto de pasos para atravesar el río. Pasaremos, asimismo, por el Puente de los Mendes, hecho de pizarra, sobre el arroyo de Alfeijós y cuyo aspecto actual es de época medieval. Nos toca ahora pasar por pequeños campos de cultivo que anuncian nuestra llegada a Chança.
En Seda, junto a la Capilla de São João, bajamos por una calzada que discurre paralela al arroyo de Seda, envuelta en un exuberante bosque de ribera. Más adelante, confluimos con una antigua carretera que nos lleva al magnífico Puente Romano de Vila Formosa. Regresamos, tras ello, a los márgenes del arroyo, nos detenemos ante el molino de agua, y, en seguida, cruzamos un extenso conjunto de pasos para atravesar el río. Pasaremos, asimismo, por el Puente de los Mendes, hecho de pizarra, sobre el arroyo de Alfeijós y cuyo aspecto actual es de época medieval. Nos toca ahora pasar por pequeños campos de cultivo que anuncian nuestra llegada a Chança.